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Hay hogares en los que cada rincón está cubierto por el alma de sus propietarios. Porque tienen el alma muy grande. O el corazón. La primera vez que entras en la casa recién estrenada de Jaime Camil sientes que estás penetrando en un reducto sólo reservado, para los elegidos y te sientes agradecida, por poder contemplar, en primera línea, la realización de un sueño minuciosamente cumplido. Con un aire moderno, acogedor... y tecnológico, porque en este hogar, con sabor a buen gusto y puro estilo, la técnica está al servício de sus visitantes. Luces que se encienden y se apagan con la intensidad exacta, persianas que se bajan y se suben como aleteos leves, la música brasileña como música ambiente que acaricia... Luces, sombras, cuadros, magia. Y cuando más embelesado estás contemplando una obra muy bien hecha, entonces baja por sus escaleras de cristal, radiante, Jaime Camil, el único hombre capaz de hacer diez cosas a la vez, y todas muy bien hechas. Nos atiende como anfitrión de altos vuelos: a todo está y
todo lo resuelve. Es la primera vez (y última, según subraya) que abre las puertas de su hogar, y no quiere que se escape ningún detalle. En este "loft" transformado en casa inteligente, Jaime Camil se ríe cuando se le recuerda que hoy toda la prensa le califica como "soltero de oro". Y este piso de soltero es de infarto y mucha buena vibra. Posa sosegado, juega con su hogar, al que aún anda conquistando, y tras luces, los focos, y el trabajo puntilloso, nos regala su tiempo. Un tiempo en el que nos habla, honesto, de su relación en puntos suspensivos con Ilithya Manzanilla ( ¿no sonaban campanas de boda hace apenas unos meses? ), de su pasión por su trabajo y de esta casa, un refugio para un hombre actor que, a ratos, se divierte como un niño. En definitiva, Jaime Camil, hombre inteligente, hombre tierno y caballero respetuoso con las damas. Ah!, y no es un sueño.
- Entrar a tu casa implica adentrarse en el territorio de la luz. Permíteme un juego fácil de palabras: ¿Por qué justo en este momento de tudo vida "has dado a luz" un hogar?
- En los últimos tiempos me urgía tener un lugar sólo mío y de nadie más. He estado rentando cerca de trece años y me di cuenta de que este era el momento de contar con un espacio propio.
- ¿Te cansaste de la vida itinerante?
- Es una vida agotadora. Hasta ahora, cuando tenía que rodar una película o otro proyecto profesional, en Nueva York, Broadway, Miami, Ensenada o cualquier otro lugar del mundo, viajaba de un lado a otro, como un auténtico nómada, con treinta y cinco cayas y mi moto a todas partes... Cada vez que me surgía un proyecto en el que trabajar durante al menos un año volvía yo a iniciar la citada mudanza. Con tanto ir y venir, acabé pensando que iba siendo hora de lograr estabilidad y comprarme un lugar al que siempre pudiera volver y en el que me "esperasen" todas mis cosas. Es decir, lo que yo estaba buscando era un hogar.
- ¿Y te decidiste por México?
- Aunque hay otros lugares del mundo en los que me encantaría a vivir como en Los Angeles o Nueva York, siempre deseé que mi primera casa, la que comprara con todo mi esfuerzo y mi trabajo, estuviera en mi país. ¿Qué mejor sitio podría imaginar?
"ILITHYA Y YO AHORA TENEMOS UN CONTACTO MUY LINDO"
- ¿Y con tu corazón? ¿Qué ha pasado, Jaime? Hace poco pensábamos que te ibas a casar...
- Todos, ¿Verdad? Pero no ha sido así.
- Lo primero, ¿cómo estás?
- Muy bien, muy tranquilo, porque ahora tengo una gran relación con Ilithya. Tras la ruptura hubo un período muy doloroso, durante el cual no podía hablar del tema, ni recordarlo, porque cada vez que lo hacía era como meterme una daga en el corazón, dar vueltas y después multiplicar el dolor, regando aquello con agua y con sal. Y no hay necesidad.
- ¿Qué ha significado para ti tu relácion con Ilithya?
- Algo muy bonito en mi vida: la experiencia maravillosa de conocer a una mujer excepcional.
- ¿Has vuelto a saber algo de ella?
- Actualmente tenemos un contacto muy lindo, lleno de amor. Nos vemos con mucho cariño. Cuando nos encontramos y nos damos un abrazo, de repente nos damos cuenta de que hemos estado abrazados tres horas.
- Qué pena me está dando que, con ese amor que describes, no podáis seguir siendo pareja.
- Es una pena, por eso hemos quedado para sentarnos, platicar y ver dónde falló nuestra relación y qué podemos hacer en este sentido.
¿Me estás diciendo que las puertas están entreabiertas?
- La verdad, en este preciso momento no sé si están entreabiertas, cerradas o abiertas de par en par. Lo único que sé es que hay un enorme y precioso canal de comunicación entre nosotros, lo cual me hace sentir muy bien.
- Y también habla de personas maduras que juntas buscan dónde estuvo el error...
- Me siento feliz, porque estamos viviendo en un período donde ha nacido una comunicación muy linda y bonita entre nosotros, llena de amor y respecto.
- ¿Qué pasará mañana?
- ¿Cómo saberlo? La vida te da unos giros que no alcanzas a comprender, pero tú no puedes ir en contra de la vida. La vida tiene muchos más años que tú, es infinitamente más sabia, y a veces hay que dejar que el tiempo ponga las cosas en su sitio, porque ella sabe por qué hace las cosas.
- Hoy por hoy, y tras las circunstancias vividas, ¿qué es para ti el amor?
- Lo es todo; mi equilibrio sentimental, mí paz interna, lo que me hace estar bien conmigo mismo. Soy muy miedoso a estar solo. No sé estar solo y ahora estoy aprendiendo a vivir en la soledad.
"SOLTERO DE ORO"
- El asunto es que ha vuelto a ti la etiqueta de "soltero de oro". ¿Cómo te sientes ante este calificativo?
- Por un lado, pienso que es simpático. Gracias a Dios, me siento un consentido de la prensa. Creo que me quiere y no me puedo quejar..., aunque por otro lado, y para ser honesto, también hay períodos en los que creo que soy una víctima editorial.
- ¿A qué te refieres?
- Yo soy un hombre muy formal con mis parejas, monógamo cien por ciento y siempre fiel, pero cuando no tengo pareja y salgo a la calle, supongamos que treinta veces, veinticinco de ellas voy con amigos y las cinco restantes con amigas.
- A lo que, por otro lado, tienes todo el derecho.
- Claro, y a conocer a nuevas personas. Pero cierta prensa, siempre que me ve con una mujer en una foto, no cuenta la verdad y dice que se trata de una amiga. No, desde sus páginas asegura que esa mujer es una nueva conquista, un nuevo amor...
- ¿Todo esto te hace daño?
- Me duele en un doble sentido. Por un lado, me afecta, porque si conozco a mujeres que me interesan, ellas tienen una imagen de mí equivocada: creen que están tratando con el "play boy" que pintan en cierta prensa e inmediatamente ponen barreras y mantienen las distancias. Por fortuna, cuando platicamos y me conocen, más allá del personaje que han hecho de mí en los medios, todo vuelve a la normalidad.
- ¿Y en qué otro sentido te duelen las mentiras que se dicen sobre ti?
- Me produce mucha tristeza cuando estas mentiras perjudican a amigas muy queridas por mí, como Adriana Lavat, de quien han llegado a decír que es mi amante ocasional. No me gusta nada. Lo considero una auténtica falta de respeto hacia ellas, hacia sus familias y hacia todo el género femenino. Y pudiera parecer que yo promuevo esas conductas, cuando están tan lejanas de mi manera de actuar.
"NO DEBEMOS PERDER AL NIÑO QUE LLEVAMOS DENTRO"
- Por fortuna, la prensa no se olvida de tus éxitos profesionales. ¿Qué has encontrado en el País de Nunca Jamás de la mano de Peter Pan?
- Te voy a ser muy honesto: allí he descubierto que no debemos perder jamás al niño que llevamos dentro y que es maravilloso conservar durante toda la vida la capacidad de asombro.
- ¿Cómo te sientes actuando frente al público infantil?
- Está siendo una experiencia única. Nunca había trabajado directamente con este público, y ahora tengo la suerte de hacerlo en "Peter Pan", el cuento infantil más vendido de toda la historia.
- ¿Cuál es tu momento favorito de la obra?
- Me encanta salir a dar las gracias, porque me pongo a buscar entre el público a algún niño que vaya disfrazado del Capitán Garfio, con su ganchito. Entonces le señalo con mi garfio y le saludo. Tenías que ver los ojos de sorpresa del niño, la felicidad! Date cuenta que se pone como si le hubiera saludado Dios... El niño quiere subir, acercarse... Se pone nervioso.
- Creo que Johnny Depp ha sido una de tus fuentes de inspiración para crear tu personaje del Capitán Garfio.
- Me inspiré un poco en Jack Sparrow, por cierta excentricidad, aires de drogado, gestos de homosexual, aunque se hace muy fuerte, cuando se topa con Peter Pan o con Wendy. Los niños entonces le tienen un poco de miedo. Pero no mucho, porque le ven bobo, y cuando van al camerino a saludarme... Ay, entonces se les acaba todo el miedo.
- Tu padre, de origen egipcio; tu madre, brasileña, y tú, mexicano.
- Haz el favor.
- ¿Qué has sacado en claro?
- (Se ríe) La resistencia al sol. No me quemo jamás. El Sahara, de un lado; Ipanema, de otro... Cómo quemarme... La mezcla siempre es rica. Me siento muy feliz con mi mezcla y con todos mis antepasados.
Además, es una mezcla que promueves. Quiero decir, que te sigues abriendo a nuevas culturas. En la entrada he visto una foto tuya con el Dalai Lama...
- Tomé el budismo como filosofia de vida, sus principios de amor a todos los seres vivos, de tolerancia, de compasión. Lo uso como filosofia de vida porque soy católico y creo en Dios, pero los principios budistas te ayudan mucho en la vida cotidiana.
- En un momento dado tú dejaste de ser Jaime Camil, el galán, para convertirte en Jaime Camil, el actor a tener en cuenta... ¿Cuándo sentiste que se produjo este giro?
- Por fortuna, dejé de tener la imagen del "niño al que papá le compra todo" para ser considerado un actor. Me ayudó mucho la película "Siete dias", por la que gané una Diosa de Plata y estuve nominado a un Ariel. Ahí fue un giro importante en mi carrera... Después llegó ese maravilloso fenómeno llamado "La fea más bella".
- ¿Te sigues despertando pensando que eres su protagonista, Fernando Mendiola?
- No, tengo muy claro quién soy. Sin embargo, de repente voy por la calle y me gritan: "Fernando!". Yo no me volteaba, hasta que un día me di cuenta de que me llamaban a mí. No me molesta que me llamen don Fernando, pero no quiero que se me identifique con don Fernando toda mi vida.
- Y ni mucho menos eres sólo don Fernando...
- Hay muchos más proyectos, muchos más personajes..., quizá no como el personaje de don Fernando, con penetración el la audiencia, porque "La fea más bella" tiene el récord histórico desde la creación de la televisión mexicana, pero estoy a la espera de nuevos y fascinantes personajes.
- Ahora, profesionalmente hablando, ¿qué te traes entre manos?
- Estaba empezando "El libro de piedra", un "remake" de una película de terror mexicana de 1968, pero el Fidecine, en el último momento, retiró la aportación de siete millones de pesos al fime. Así es que ahora estamos viendo qué hacer.
- ¿Más proyectos vinculados al séptimo arte?
- Estoy hablando con Robert Scheneider, el director que hará una película de la novela de Angeles Mastretta, "Arráncame la vida", para interpretar el papel de Vives, el amante músico. También tengo entre manos un proyecto con la cineasta Cristina Juárez. Ah!, y René Bueno, el director de "A propósito de Alexa", me mandó el guión de una película que se llamará "Devil may care", una comedia romántica lindísima donde yo interpretaría un diablo desesperado porque ya no hay trabajo, ya que el mundo vende su alma sin necessidad de que le oblíguen.
- Si exploras en tu interior para dar vida al personaje del diablejo..., ¿qué vas a encontrar por ahí dentro?
- Híjole, espero que no, porque procuraré ser un diablo bonachón. No es el diablo que hice en "Capadocia" en la serie de HBO, con Ana de la Reguera. Ahí sí fue un diablo feo.
- ¿Cómo te sientes después de interpretar un personaje negativo?
- Cuando haces ese tipo de papeles te sientes feo por dentro y mal. No es que yo sea actor vivencial o del método, pero acabas mal. En el caso del Capitán Garfio, termino agotado, porque estoy en continua tensión. Si hago la obra cansado o medio cansado, los pequeños son muy intuitivos y lo detectan. Los niños, si ven que no lo das todo, no te creen nada.
"QUERIA UNA CASA MODERNA, FUNCIONAL Y ACOGEDORA"
- ¿Qué idea tenías tú para crear tu hogar?
- Quería una casa moderna, de diseño, pero funcional y muy acogedora.
- ¿Cuál es tu rincón favorito?
- Mi cuarto, y como rincón, rincón, el lugar que reservo a mi computadora, donde checo mis correos, mis contratos etcétera. La sala de "tele" la uso mucho, porque me considero un fanático de las series de televisión y las bajo de mi librería de Itunes a mi nuevo gadget, el Apple TV.
- ¿Así que hemos alcanzado la era, desde esa recámara, del hombre tecnológico?
- Absolutamente. Me considero "techi" cien por ciento.
- Casa inteligente, del futuro y cosmopolita...
- Totalmente. El control de toda la casa depende de un mando, mi juguete favorito. Con él regulo luces, música, informática... No sé qué vaya a ser de mí cuando se quede sin pilas, porque no funcionaría nada de la casa.
- Conociéndote, seguro que ya tienes un almacén de respuestos...
- Bueno, la verdad es que todo el concepto de mi casa está padríssimo. Yo siempre quise una casa inteligente. Cuando me la entregaron, la pobre estaba aún en el "kinder", sin formación.
- Así es que en estos dias la has ido enseñando.
- Te puedo decir que no. Que la verdad es que estamos enseñando mutuamente. Ahora ya siento que controlo las luces, las persianas, el sonido...
- ¿Cuál fue tu primer pensamiento el día que te entregan las llaves de tu departamento y te sabes propietario del mismo?
- Los primeros días me daba mucho miedo usarlo. Temía que se fuera a gastar. Luego ya me serené y acepté que las casas están para eso, para gastarse. Me he comenzado a relajar. Al princípio, hasta miedo me daba sentarme... Ahora, la casa y yo somos cómplices.
- ¿Qué es lo más importante para ti de esta casa?
- A este hogar le tengo mucho respeto, porque lo valoro. Soy consciente de lo que cuesta, del esfuerzo que supone mantenerlo. Tengo respeto a lo que consigues a base de esfuerzo y trabajo...
"NO LO PUEDO OCULTAR: SOY MANIATICO"
- ¿Qué sientes cuando dices: "mi casa"?
- Me siento raro. Cuando voy por la calle y pienso: "Es hora de ir a mi casa", me doy cuenta de que realmente es mi casa. No es la casa que estoy rentando, sino mi hogar, mi patrimonio, mi estabilidad. Cuando digo "mi casa", estas dos palabras ahora han adquirido un nuevo y mágico significado.
- Pero esta casa ya tiene vida propia.
- Sí, ahora sí. Tiene mucha vida, hago fiestas... Quiero que mis amigos se sientan en su hogar... Ah!, pero hay una cosa que no les permito, porque no soporto.
- ¿Tanto así?
- Sí, no soporto el olor a tabaco. Así es que les invito a fumar en la terraza del tercer nivel o en cada una de las terracitas de los otros dos pisos.
- ¿Eres una persona tremendamente perfeccionista... ¿Llevas este perfeccionismo a todos los aspectos de tu vida?
- A todos. Y está mal. Tienes que ser más flexible, y por ahí debo trabajar. Tengo que entender que no todas las personas tienen las mismas mañas que tienes tú. Y tratar de aprender a ser flexible. Es una lección que debo aprender no sólo por cuestiones profesionale, sino también por mis relaciones.
- Porque tú... ¿naciste perfeccionista o te hiciste?
- Yo creo que nací perfeccionista. Lo heredé de mi papá, que es Virgo. Me da un poco de dolor de cabeza cuando las cosas están desordenadas. No me puedo dormir si llego de una cena y una camisa no está o en el cesto de la ropa o bien colgada. Pero dentro de eso, en mis cosas a veces sí existe el desorden. Pero es mi desorden, el que manejo.
- Algo así como tu sagrado desorden...
- Eso está bien. Sí, mí sagrado desorden... Y sí, no lo puedo ocultar, soy maniático. Me di cuenta hace poco, viendo la película de Jack Nicholson "Mejor, imposible". La gente se reía con las manías del protagonista y yo me preguntaba: "Pero porqué se ríen, si todo esto es muy normal...".
- Jaime, antes de irnos, permíteme hacerte dos preguntas. La primera: ¿Quién es hoy la persona más importante de tu vida?
- Mi madre, porque ella es un ejemplo de pasión y entrega total a la vida.
- Y la segunda, algo que muchas quieren saber: ¿Podríamos decir que sigues siendo el "soltero de oro"?
- (Se ríe.) Sigo siendo el soltero de oro, según dicen.
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